
Pero un día te fijas en la cara del otro y ves la tristeza en sus ojos, su impotencia frente a ellos. Una buena persona tendería a ayudarlos, a defenderlos pero ese un problema; si los defiendes eres uno de ellos.
Hoy en día se está perdiendo la libertad de expresión, no puedes demostrar que algo te gusta porque si no les gusta a los demás ya vas mal.
Mi deseo es ayudarlos pero claro, es difícil, es la cruda realidad.